Por qué el hosting compartido no sirve para plataformas personalizadas
El hosting compartido sigue siendo una opción atractiva para sitios web básicos y proyectos personales pequeños debido a su bajo costo y facilidad de configuración. Pero esa comodidad viene acompañada de limitaciones técnicas serias que lo hacen inadecuado para plataformas que dependen de APIs personalizadas, orquestación de servicios, lógica de autenticación o procesos en segundo plano.
Principales limitaciones técnicas que impiden un desarrollo real
Aunque puede funcionar para aplicaciones simples, el hosting compartido no ofrece la flexibilidad ni el control necesarios para backend modernos:
1. Límites severos y recursos compartidos
La mayoría de los planes solo permiten una o dos apps con uso limitado de memoria y CPU. Al compartir hardware, el rendimiento se vuelve impredecible. Además, los proveedores suelen matar procesos que consumen muchos recursos sin previo aviso.
2. Sin contenedores ni aislamiento
No hay soporte para Docker, redes internas ni ejecución simultánea de servicios como APIs, workers o bases de datos. Toda la lógica debe entrar en una sola app.
3. Sin control de procesos ni automatización
No se puede usar pm2 o systemd. Si tu app de Node.js se cae, queda caída. No hay despliegues automáticos ni rollback: solo subidas manuales con riesgo de tiempos fuera.
4. Restricciones del entorno y permisos
Debes ajustarte a las versiones, estructura de carpetas y permisos predefinidos por el proveedor. No se permiten binarios personalizados ni configuración avanzada, lo que complica el flujo local de desarrollo.
5. Opciones de bases de datos muy limitadas
Suelen ofrecer solo bases SQL básicas, muchas veces sin acceso total. Casi ningún proveedor de hosting compartido permite MongoDB, Redis o PostgreSQL. Funcionalidades como réplicas, backups programados o clústeres no están disponibles.
6. Observabilidad y seguridad mínimas
No hay logs estructurados ni métricas de rendimiento. No puedes ver errores en tiempo real ni el uso de recursos. La seguridad se ve comprometida por IPs compartidas y bajo aislamiento.
Un desajuste de propósito
El hosting compartido está pensado para herramientas prearmadas como WordPress o sitios estáticos simples. Funciona para proyectos de bajo riesgo y sin exigencias, pero cuando se requiere lógica personalizada, múltiples componentes o escalabilidad, se convierte en un obstáculo.
Las plataformas modernas necesitan infraestructura que permita:
- Ejecutar múltiples servicios y tareas en segundo plano
- Usar contenedores o herramientas de orquestación
- Control total sobre procesos, puertos e imágenes
- Logs centralizados y pipelines CI/CD
- Integraciones escalables y seguras con servicios externos
El hosting compartido no puede ofrecer nada de esto.
Conclusión: cuándo el hosting compartido ya no alcanza
Si estás desarrollando una plataforma, API o sistema, aunque sea pequeño, el hosting compartido es, en muchos casos, una falsa economía. Retrasa una migración inevitable y genera deuda técnica costosa de resolver.
Si ya superaste la fase de prototipos rápidos o blogs simples y necesitas control, escalabilidad y mantenibilidad, seguir con hosting compartido es un riesgo. La infraestructura debe crecer con tu proyecto.
Cuanto antes migres a VPS, contenedores o soluciones dedicadas, antes podrás enfocarte en construir sistemas, no en lidiar con sus limitaciones.
Conversemos
¿Estás por lanzar tu plataforma o migrar a un entorno autogestionado? ¿Buscas libertad real para construir, desplegar y escalar? Déjanos un mensaje por cualquiera de nuestros canales habilitados.